Cuando el primer
sonido empieza a brillar, algo se mueve en tu interior. Poco a poco, las notas
emprenden su danza y atraviesan tu cuerpo inundándolo todo a su paso. Entonces
sientes cómo la melodía te mece, suavemente. Y antes de que te des cuenta, es
una enorme ola la que te arrastra. Tu travesía ha comenzado, un viaje que te
transporta a otro lugar fuera del espacio y el tiempo.
Tal es el poder de
la música, especialmente la clásica, capaz de sumergirnos en paisajes de
indescriptible belleza. Aunque no soy un gran conocedor del género, creo que la
música clásica demuestra un incomparable poder evocador.
Como yo, mucha
gente joven no le presta demasiada atención. Y lograrlo hoy en día se torna una
tarea nada fácil de conseguir.
Desde luego, estas
gráficas de Firedog para el centro de artes londinense Barbican han hecho mucho
más que llamar mi atención. Componen una imagen mágica y envolvente que transmite
toda la fuerza de la música.
Una mirada fresca,
urbana y joven que destila sensibilidad. La sinestesia hecha gráfica. El
titular: ¿Dónde te llevará la música? cierra
a la perfección el mensaje, permitiendo que la imaginación del público haga el
resto.
Ahora, cierra los
ojos y disfruta del viaje.
Aquí lo descubrí.
Conozco bien ese sentimiento transcendente que a veces capturamos de la música (aunque la clásica no sea de mis habituales). Por eso a veces siento rabia de lo que la gente se pierde escuchando basura, pero no me voy por las ramas. ¡Grandes gráficas, por cierto!
ResponderEliminarJaja, no todo el mundo tiene un oído tan gourmet como el tuyo.
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