Las despedidas tienen un inevitable
sabor amargo. Tener que decir adiós a un ser querido es duro, muy duro. Y más
si ese adiós es el definitivo.
El 11 de marzo de 2011 un
tsunami arrolló la vida de miles de personas en Japón creando a su vez otra
gran ola, una erguida a base de lágrimas. Muchos sueños quedaron ahogados.
Demasiadas vidas fueron tragadas por el mar ese día. Y fueron tantas las
despedidas repentinas, que el dolor se podía tocar.
Ante un panorama tan desolador
poco se puede hacer, lo que no significa que no se deba intentar. Por eso, en
la empresa funeraria Nishinihon Tenrei decidieron poner su granito de arena
para intentar aliviar la inconsolable situación de las familias de las víctimas,
y junto a la agencia I&S BBDO lanzaron la siguiente gráfica.
Un esqueleto formado con
flores prensadas, así de sencillo. Y aún así, creo que es la imagen más bonita,
natural y esperanzadora que he visto nunca para representar a la muerte.
Mira que es difícil encajar
en una pieza el respeto por el dolor de la pérdida junto con una imagen
positiva o incluso alegre, sin embargo lo han clavado. Más que merecido, en mi
opinión, el Merit obtenido en el One Show de 2013.
Y es que, cuando llega el
momento de la despedida, lo único que podemos hacer es agradecer todo el tiempo
que hemos compartido con esa persona. Al fin y al cabo, la muerte es una parte
natural de la vida, y esa es la única forma de poder aceparlo.
Lo descubrí aquí.
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