15 marzo 2013

Cuando éramos iguales


Hubo un momento en el que éramos todos iguales. No había ideologías, ni prejuicios, ni diferencias entre personas. Daba lo mismo tu aspecto, tu clase social, tu forma de vestir, tu forma de hablar o tu lugar de procedencia. Porque entonces solo importaba una cosa: a qué sabías jugar.

El juego lo era todo y servía para todo. Aprender, divertirse, relacionarse, explorar el mundo y descubrir lo que querías ser de mayor; todo lo hacías de la misma manera. ¡Qué sencillo era entonces!

Y esto es así en cualquier parte del mundo. Vayas donde vayas verás a los niños jugando, siempre que los mayores no les obliguen a hacer otra cosa claro. Y cuando preguntas a un niño cuáles son sus posesiones más preciadas la respuesta es obvia, sus juguetes favoritos.






Estas preciosas imágenes son de Gabriele Galimberti, un fotógrafo que se ha encargado de mostrarnos a niños de todo el mundo posando con sus juguetes. Un proyecto muy interesante del que se pueden extraer conclusiones de todo tipo.

Lo vi aquí.

Por cierto, os aconsejo que leáis los comentarios (en inglés) del enlace. Podréis ver la disparidad de opiniones que surgen al contemplar las imágenes, y cómo diferentes personas reaccionan proyectando su forma de ver el mundo. Cuestiones de género, estilo de vida, diferencias económicas o culturales salen a la luz.

En cuanto a las diferencias económicas y el número de juguetes de cada niño, pienso que realmente no tiene apenas importancia. Los niños pueden crear mundos enteros solo con su imaginación.

¿Te acuerdas de cuando lo hacías tú?

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